Frecuentemente escucho a algunos de mis clientes decirme “hice como sino pasara nada”, “hacen o hacemos como que no pasa nada” durante la consulta. A través del discurso de estas personas, describen estar conscientes (en algunos casos) de algo que no les pareció, los lastimó o los confunde pero lo ignoran, lo dejan pasar hasta que ya no pueden ignorarlo. Sin embargo, para ese punto parece que ya están tan desconectados del suceso, que lo llegan a normalizar o justificar como algo de poca importancia, cuando es lo contrario.
Cuando les cuestiono cómo aprendieron a hacer como que no pasa nada, usualmente me responden algo similar a esto:
– No saben o no lo recuerdan (parece que les cuesta recordar o evitan sentir más dolor)
– Probablemente de sus padres
– No quieren preocupar a los demás
– No quieren hacer el problema más grande
Parece que estas personas se convencen de que tienen que “pensar positivo”, que es su responsabilidad que “no les lastime”, que tienen que “controlarse” o tienen que ser “fuertes” lo que sea que ser “fuerte” signifique.
Pero lo que no se dan cuenta es que mientras, metafóricamente, tengan la piedra dentro del zapato, les va a lastimar, eventualmente ignorar el dolor del roce de la piedra va a abrir la piel. O sea, mientras exista la situación que quieren ignorar por todos los medios, algún día cansará.
Imaginemos que el pretender que no pasa nada, es como una mentira que te dices a ti mismo, y cada vez tienes que mentir más y más hasta que se hace insostenible. He notado que mis consultantes describen algunos de los siguientes sentimientos cuando ya han tenido suficiente:
– Desmotivación
– Tristeza
– Sentimiento de vacío
– Inseguridad
– Irritabilidad
– Soledad
– Culpa
– Vergüenza
– Dolor
– Fatiga
– Fastidio
– Resentimiento
Si te sientes identificado, te comparto lo siguiente: cambiar un comportamiento que tenemos años reforzando no es sencillo, pero tampoco es imposible. Lo anterior se debe a que ese comportamiento puede estar relacionado y reforzado con la cultura, los vínculos sociales (familiares, amistades, sociedad) las experiencias de vida. Cambiar una conducta así implica en un primer paso cuestionarla, recordar experiencias nada agradables o dolorosas, o por otro lado, que una falsa armonía en una relación afectiva (alguien a quien quieres mucho y no quieres perder o lastimar, por ejemplo) esté sostenida porque precisamente se evade el problema.
Debido a que cada persona tiene factores diversos, no se puede generalizar qué se tiene que hacer ante una problemática como esta; es importante que si te encuentras en esta situación consideres tomar psicoterapia; así trabajarás desde tu individualidad en particular y tu contexto las diferentes opciones de cambio que puedas tener a tu alcance, con tus recursos que en el proceso se pueden reforzar ¡e incluso crear!
Mereces sentir y atender tus emociones, eres digno de buscar tu bienestar integral.