Estoy muy segura que has escuchado algunas de estas frases o algo parecido: ella lo escogió, que se aguante; ella es la que regresa con él, bien que le gusta la mala vida; si la trataba tan mal ¿por qué nunca dijo nada?; lo que le pasa es que no se quiere y por eso la tratan mal. Por decir unas de las muchas que he escuchado yo. Estos ejemplos dejan ver la ignorancia que hay sobre el tema, por eso en este pequeño texto te quiero decir que no sólo quienes se encuentran en una situación de violencia tienen que darse cuenta, nosotros, los que estamos fuera de esa situación, también tenemos que darnos cuenta de muchas cosas en lugar de juzgar.
Cuando he atendido en psicoterapia a clientes que se encuentran en relaciones agresivas con sus parejas, usualmente manifiestan culpa, impotencia, sienten que no tienen buen juicio para tomar decisiones, sin embargo, en lo que me quiero enfocar aquí es que ellos saben que los juzgan, y esto les hace más difícil la circunstancia, pues se refuerza el aislamiento social, tanto psicológico como emocional en el que ya se encuentran.
Por eso no te vengo a hablar de lo que mucho se ha estudiado y difundido ya entorno a la violencia de pareja. Prefiero que discutamos qué podemos hacer para, en primer lugar informarnos y poder identificar nuestras creencias erróneas. Con tus mejores intenciones puedes decirle a tu amiga y rogarle “date cuenta” y pero terminas dándote cuenta tú, que no funciona ¿te suena familiar? Te pongo otro ejemplo similar, es como cuando alguien se encuentra nervioso o ansioso y le dicen “¡relájate!” ¿Te suena? Pues sí, es algo muy parecido.
Parte de tener una mejor sociedad para todos es educarnos y entendernos, y ¡no se trata de volvernos psicólogos, sociólogos ni antropólogos! Se trata de que si nos ocurre algo que consideramos no es correcto, o no lo sentimos normal, reflexionemos, es muy importante y todos lo podemos hacer, después ver cómo podemos ayudar, y si no sabemos del tema, pues entonces investigar.
Te puedo poner diversas situaciones que ocurren y para las que nadie está preparado: la muerte de un ser querido, un secuestro de alguien cercano, la pérdida del empleo, una enfermedad grave, entre otras. ¡No tenemos que saber de todo y tampoco es posible conocerlo todo! Pero lo que sí tenemos es una gran cantidad de información al alcance de nuestros dedos que nos puede facilitar tanto apoyarnos los unos a los otros.
Considérate, como asumo que lo eres ya, una persona importante en la vida de tu familia, tus amistades, tu comunidad. Te cuento tantito que esos grupos de individuos son redes de apoyo, así las conocemos nosotros los psicólogos. Pues cabe señalar que hay que vernos así, que formamos parte de un grupo de personas que de diferentes maneras nos podemos dar la mano cuando alguien de nosotros lo necesite.
Finalmente te propongo que pienses lo siguiente: imagínate que tu amiga, amigo o amigue tiene una pareja que le ha prohibido verte “porque le metes ideas en la cabeza” ya sabes que le ha golpeado, gritado e insultado. ¿Suena muy grave, verdad? Lamentablemente es una realidad para mucha gente. Mas ¿qué podemos hacer? Demostrar que estamos ahí, que no importa lo que haya vivido, no es su culpa (como ya sabemos, la violencia sistematizada es algo muy complejo), déjale claro que no le vas a juzgar.
Por otro lado puedes comunicarte y hacer equipo con otras personas que estarían dispuestos a ayudar, otras amistades, docentes, tutores, familia, instituciones. Así como, dependiendo de lo que amerita el caso, buscar información sobre refugios, asesoría legal y apoyo psicológico, organizaciones de tu localidad.
Esto es lo que hacen las redes de apoyo, actuar para el bienestar de sus integrantes, y porque una persona no siempre puede hacer todo sola, pero juntos podemos hacer grandes actos de hermandad, de amor y bondad.
Quiero agradecer a quienes contestaron la encuesta de violencia en mis historias de Instagram, sé que es un tema muy íntimo y valoro la valentía de quienes nos cuentan sus experiencias y nos impulsan a los terapeutas, investigadores y demás profesionales de la salud a hacer mejor nuestro trabajo.