Culpa ¿cómo darle la vuelta a algo y no anclarse?

Con mucho gusto responderé esta pregunta de un seguidor.

Abordando el sentimiento de culpa, desde una perspectiva general, es un sentimiento que nos permite reconocer que nos hemos equivocado al momento de haber hecho un daño en nuestras relaciones interpersonales; nos ayuda a identificar que nuestra acción no fue adecuada y hemos dañado no sólo a la otra persona, sino una parte de nuestra área social. 

Sentir culpa, no es precisamente negativo, no se siente bien, por supuesto, pero hay que comprender que los sentimientos no son negativos ni positivos,  entendamos que nos ayudan a interpretar nuestra realidad, adaptarnos a nuestro entorno, a las adversidades y nos orientan a nuestro bienestar con ayuda de decisiones y comportamientos constructivos. 

¿Qué podemos hacer para no anclarnos en la culpa? Desde la perspectiva psicológica, y de manera funcional, la reparación del daño puede ayudar. Si dijiste algo que no debiste, que molestó a otra persona, ofrecer disculpas sería lo más natural, aunque no basta ahí, una auténtica reparación del daño sería no volverlo a hacer y eso tiene más que ver contigo que con la otra persona, o sea, es tu deber trabajar en corregir tus acciones destructivas. 

Si, ya reparaste el daño, pero aún la culpa sigue molestándote, es importante reflexionar qué es lo que podría estar manteniendo ese sentimiento. Por ejemplo, que alguien te siga mencionando que tienes la culpa, ya sea verbalmente o con indirectas, que estés siendo chantajeado, o que tengas pensamientos del tipo punitivo, o sea que tú mismo te estés castigando por lo que hiciste. Es importante identificar si ese sentimiento de culpa tiene un origen real o imaginario, o sea, que la culpa que tienes sea en función a una conducta de la que te arrepientes porque sabes que hiciste un mal, o si tu culpa es desproporcional o exagerada en relación al daño real que hiciste. 

Si seguimos con el mismo ejemplo de haber ofendido a otra persona, como mencioné, lo natural sería arrepentirse y ofrecer disculpas, mu probablemente se resuelva ale asunto; por otro lado, una sensación de culpa exagerada sería pensar que esa persona jamás debería perdonarte y que ya nunca te va a querer en lo que le quede de vida o que tú eres la peor persona del mundo. ¿Notas la diferencia? 

Sirve mucho analizar nuestros pensamientos, no obstante, acude a una mejor orientación, si es difícil en este momento pensar claramente por tu cuenta; hablar al respecto con un ser cercano o con un psicoterapeuta puede ayudarte e enfrentar de mejor manera este malestar emocional, obteniendo mejores estrategias para entenderte frente a la culpa y lidiar mejor con las consecuencias. 

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