Uno de los principales objetivos en psicoterapia es trabajar en estrategias para mantener o cuidar nuestro bienestar mental y emocional, sin embargo, no siempre tomamos en cuenta, que se requiere paciencia, pues queremos realizarlo de la manera más rápida posible, esto es algo natural y es el punto que quiero abordar, la relación entre el tiempo y la paciencia requerida durante el tratamiento, pues, aunque la situación que ocasionó el malestar se haya formado durante años, como un pleito familiar, o si fue un evento reciente e inesperado como un asalto, por ejemplo, un recurso importante a considerar es el tiempo que se debe invertir para enfrentar estas circunstancias.
Sabemos que, cuando nos lastima algo, queremos que pronto se vaya el dolor; y hay algo que entender del dolor emocional, que es un misterio que se descubre, por lo general a través de la reflexión. Para comprenderlo mejor, te comparto que la psicoterapia, es un proceso y la clave está en ese desarrollo de fases que lo conforman, el cual se lleva acabo en la consulta.
El proceso psicoterapéutico inicia indagando la situación que origina un malestar, donde el terapeuta recaba información para entender tu situación. Puede llevar varias sesiones, y por un lado, hay clientes que se les dificulta abrirse con un extraño o nunca habían hablado al respecto, esto les puede tomar más tiempo y por otro lado, qué tan concreta o descriptiva sea la persona, no hay un número específico de consultas, pues depende de la persona y de la dinámica que se construya entre cliente y terapeuta, así como del enfoque terapéutico.
Posteriormente, se analizará la formación de una o varias estrategias que tú emplearás para reforzar y/o desarrollar herramientas que te permitan cambiar conductas, pensamientos o las pautas en tus relaciones sociales, enfrentar eventos estresantes, tomar mejores decisiones, entre otros, desde una posición mentalmente diferente. Para esto, se genera un acuerdo entre el cliente y el terapeuta, tú no harás algo con lo que no estés a gusto, no obstante, considera que es necesario hacer un esfuerzo; supongamos que deseas mejorar la comunicación entre tú y tu pareja, y para ello, deberás practicar la escucha, el esfuerzo sería que le permitas a la otra persona hablar y que tú te comprometas a entender.
Lo que sigue es que lleves a la acción dichas estrategias en tu vida diaria, siempre le digo a mis clientes que la consulta es solamente una hora, pero el resto del trabajo terapéutico depende de implementar lo nuevo, lo aprendido y reflexionado en la vida diaria; este cambio es altamente probable que no se logre en un intento, y es por esto que hay que tener paciencia para ver los resultados, a veces sentirás que avanzas hasta que ocurre algo y es como caer y decepcionarte, tu terapeuta te recordará que es parte de re-aprender, de la transformación, y para eso estamos ahí.
Y entonces lo que ocurre después se tiene que evaluar: qué funcionó, qué se reflexionó, qué resultados se obtuvieron, y modificar y revaluar, dichos resultados, hasta que llegue el momento donde tus pensamientos, conductas y en general tu aprendizaje relacionado con el objetivo de la consulta funcione y prescindas del apoyo psicológico.
Finalmente, llegará el día en el que vuelve esa sensación de bienestar, has construido una herramienta más en tu vida, puedes recordar el tema sin lastimarte, te reconoces como libre de esos sentimientos que una vez te esclavizaron, podrás entender y regular mejor tus emociones y pensamientos.
Con esto, nos podemos dar cuenta que, para realizar lo anterior, es vital el tiempo, trabajo, esfuerzo, perseverancia y paciencia. El diálogo en la oficina del terapeuta es como la junta en el trabajo, o la planeación antes de un partido en un deporte, es de igual relevancia lo que hagas en la ejecución de las estrategias fuera del consultorio, en tu vida diaria.
Espero que lo que escribo aquí sea útil para ti y nos ayude a conocer más sobre la salud mental y eliminemos los prejuicios. ¡Paciencia, que dicen que Roma no se construyó en un día!
